¿Alguna vez te has preguntado por qué hay personas que pueden seguir tomándose un café, escribiendo mensajes o incluso compartiendo secretos con alguien que una vez fue su pareja?
Mientras algunos cortan todo contacto para poder sanar, otros parecen llevar la ruptura con una sorprendente tranquilidad. Pero ¿es siempre por madurez emocional o puede haber algo más detrás?
Según varios estudios en psicología, mantener una amistad con un ex puede revelar más de la personalidad de una persona de lo que imaginamos.
El mito del “seguimos siendo amigos”
Cuando una relación termina, muchas personas dicen frases como “quedamos en buenos términos” o “seguimos siendo amigos”. En algunos casos, es cierto: la relación terminó sin rencores, hay respeto mutuo y ambos sienten cariño sin intención romántica.
Sin embargo, otros casos esconden razones menos románticas y más estratégicas.
En 2016, un estudio realizado por la Oakland University analizó las motivaciones más comunes para seguir en contacto con una expareja. Los resultados sorprendieron incluso a los propios investigadores.
Lo que dice la ciencia: la tríada oscura de la personalidad
El estudio reveló que las personas que presentan rasgos de la llamada “tríada oscura” —psicopatía, narcisismo y maquiavelismo— son más propensas a mantener amistad con sus ex.
¿El motivo? No la nostalgia, sino la conveniencia.
Psicopatía
Las personas con rasgos psicopáticos suelen mostrar falta de empatía y una tendencia a manipular a los demás para su propio beneficio.
Mantener contacto con un ex puede servirles para ejercer control emocional, mantener opciones abiertas o simplemente sentir que siguen teniendo poder sobre esa persona.
Narcisismo
Los individuos con rasgos narcisistas buscan validación constante. Tener una ex pareja que aún los admire, los busque o esté disponible emocionalmente puede alimentar su ego.
Para ellos, esa “amistad” no se basa en cariño, sino en mantener una fuente de admiración o atención.
Maquiavelismo
El maquiavelismo se caracteriza por la manipulación calculada y la búsqueda de beneficios personales.
Algunas personas con este rasgo mantienen amistad con sus ex para obtener algo práctico: apoyo, contactos, favores o incluso estabilidad emocional mientras buscan una nueva relación.
Cuando la amistad sí es genuina
No todo es oscuridad. Existen casos en los que la amistad entre ex puede ser auténtica y saludable.
Esto suele ocurrir cuando:
- Ambos han superado completamente el vínculo romántico.
- No existe desequilibrio emocional ni manipulación.
- Comparten intereses, proyectos o amistades en común.
- La relación terminó en buenos términos, sin traiciones ni heridas profundas.
Por ejemplo, algunas parejas que han compartido muchos años juntos o incluso hijos pueden mantener una amistad real basada en el respeto y la historia compartida.
La clave está en la intención: si la motivación es cuidar, acompañar o agradecer, es una amistad sincera.
Si en cambio la motivación es controlar, espiar o beneficiarse, puede tratarse de un vínculo tóxico disfrazado de amistad.
¿Y qué pasa si tu ex quiere seguir siendo tu amigo?
Si tu expareja te propone seguir siendo amigos, puede ser confuso. ¿Deberías aceptar o cerrar la puerta?
- Antes de decidir, vale la pena reflexionar sobre algunos puntos:
- Evalúa tus emociones: si aún sientes dolor o confusión, mantener contacto solo alargará la herida.
- Pregunta por qué: intenta entender qué busca realmente tu ex. ¿Cariño? ¿Apoyo? ¿Control?
- Pon límites claros: si decides mantener la amistad, establece qué está permitido y qué no.
- Observa las acciones: si notas manipulación, celos o intentos de control, es momento de alejarte.
- Prioriza tu bienestar: una amistad no debe doler ni hacerte retroceder emocionalmente.
Recuerda que cerrar ciclos también es una forma de amor propio.
Más allá del “seguimos en contacto”
El estudio publicado en Personality and Individual Differences (2017) reforzó la misma conclusión: las personas con rasgos de personalidad más oscuros tienden a mantener amistades con sus ex por motivos estratégicos.
Esto no significa que todas las personas que hablan con sus ex sean manipuladoras, pero sí que las intenciones pueden variar mucho según la personalidad y las circunstancias.
La próxima vez que escuches a alguien decir que es “muy amigo de su ex”, tal vez te preguntes:
¿es cariño… o conveniencia?
Conclusión
Mantener o no una amistad con un ex es una decisión profundamente personal.
No hay una única respuesta correcta, pero sí una verdad universal: una relación que ya terminó no debería definir tu felicidad futura.
Si esa amistad te da paz, bienvenida sea. Pero si te quita energía o te deja atrapado en el pasado, quizá sea hora de dejar ir con gratitud.
Porque a veces, soltar no es perder… es hacer espacio para lo nuevo.
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