En 1948, el destacado investigador sexual Alfred Kinsey informó que el 69 por ciento de los hombres había pagado por sexo en algún momento de sus vidas. La Encuesta Social General de 2005 situó la cifra en más del 15 por ciento. La verdadera respuesta probablemente se encuentre en algún punto intermedio, no solo porque el tiempo ha pasado y las normas han cambiado, sino porque no siempre es posible lograr que la gente responda esas preguntas con honestidad. Aún así, está claro incluso a partir de las estimaciones más bajas que contratar a una trabajadora sexual es algo bastante normal.
A pesar de ser una actividad común, la compra de servicios sexuales puede resultar intimidante. Existe un elemento de riesgo e incertidumbre causado por la prohibición. Quizás estés considerando comprar sexo pero no estás seguro de cómo proceder. O tal vez lo has hecho en el pasado, pero estás nervioso en el clima actual de una nueva moda moral. De cualquier manera, has venido al lugar correcto: contratar una escort no es difícil ni peligroso siempre que se tenga paciencia, diligencia y buenos modales. Te recomendamos para ello, entrar a la mejor web de Putas en Valencia.
Antes de empezar, es buena idea tener en cuenta lo que estás buscando. ¿Hay algún tipo de persona en particular que te interese, como alguien con determinadas características físicas o un determinado nivel educativo? ¿Tienes un interés particular, un fetiche, por ejemplo, que tu pareja habitual no quiere o no puede cumplir? ¿Quizás has fantaseado con estar con una mujer transgénero, un par de tentadoras bisexuales o una dama que realmente puede blandir un látigo? ¿Estás aburrido sexualmente y buscas a alguien que te brinde el tipo de experiencia de romper la cama que has visto en el porno? ¿O tal vez simplemente te sientes solo y te gustaría tener una compañera interesante para la noche?
Es muy probable que pueda encontrar una trabajadora sexual en línea que se ajuste a tus necesidades. Pero para hacerlo, tendrás que investigar, y aquí es donde entra la paciencia. Incluso si solo estás buscando una chica (o un chico) decentemente atractiva para pasar un buen rato sin drama , sigue siendo una buena idea no tener demasiada prisa. No te subas a tu computadora a las 11 p.m. y esperes tener a la pareja perfecta en su puerta antes de la medianoche. Dar prisa es una buena forma de decepcionarse o meterse en problemas.
Si pones al menos tanto esfuerzo en elegir una escort como lo harías en elegir un buen restaurante o un mecánico, maximizarás tus posibilidades de tener una experiencia satisfactoria.
Si estás buscando putas online lee el sitio del proveedor. Especialmente la página de tarifas y la información de contacto. No hay nada que moleste más a una profesional que un correo electrónico que contiene un montón de preguntas que se responden allí mismo en el sitio web. Por otro lado, demostrar que has leído el sitio siguiendo correctamente las instrucciones de contacto es una excelente manera de ponerse del lado bueno del proveedor desde el principio.
Si estás nervioso y / o quisquilloso, este es el momento de mirar la huella en línea de la persona. Durante años, las reseñas fueron una buena manera de averiguar qué tipo de experiencias tenían otros clientes con la mujer que estás considerando, pero eso ya no es tan cierto como antes. Si bien a muchas trabajadoras sexuales les gusta recibir críticas y con gusto te las señalarán (y algunas incluso prefieren que las consultes en lugar de hacer preguntas), otras no les gustan o desconfían de ellas. Para algunos, es una cuestión de gustos: las reseñas a menudo pueden ser groseras y vulgares incluso cuando son complementarias.
Por supuesto, consulta las reseñas si un proveedor las tiene, pero también (o en su lugar) verifica si tiene un blog, una cuenta de Twitter, publicaciones en foros, imágenes cuyas búsquedas de imágenes lo llevan de regreso a un sitio web y otras señales.
Una vez que hayas encontrado un proveedor que realmente desea ver, verificado a su satisfacción que es un profesional establecido con un historial de clientes satisfechos y absorbido la información pública pertinente sobre tarifas, horarios, etc., es hora de hacer contacto. Pero ten cuidado: así como deseas saber lo que estas obteniendo, las trabajadoras sexuales quieren saber lo que se van a encontrar. Comunícate de cualquier manera que indique el sitio web y proporciona cualquier información que se solicite.
Si ha hecho todo esto y has conseguido una cita, el resto se puede resumir en tres palabras: Se un caballero. No regatees el precio, no seas tímido con el pago, no hagas preguntas groseras o indiscretas, superes los límites o incluso pienses en pedir sexo sin protección. Se puntual (lo que no significa "temprano"), limpio (lo que significa jabón, incluida toda la región de la entrepierna), generoso (no se espera una propina o un pequeño obsequio, pero definitivamente se agradece) y tan respetuoso como lo harías con cualquier persona. Si tienes que cancelar, házlo con mucha anticipación y, si eso no es posible, ofrece pagar la sesión de todos modos o al menos envía una generosa tarjeta de regalo.
En resumen, actúa como si realmente quisieras impresionar y existe una posibilidad extremadamente alta de que ella haga lo mismo por ti.
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