El amor entre dos mujeres

Mi madre, cuando quería tocar a mi otra madre en público, siempre le decía feliz cumpleaños.

Casi lo gritaba para que la gente que hubiera alrededor pudiera escucharlo.

Era la única manera de poder "justificar" socialmente la muestra de afecto entre dos mujeres para que nadie murmurara, hablara o señalara, para que nada interrumpiera ese momento que era de las dos.

Durante mucho tiempo las mujeres lesbianas que tenían una relación iban a la estación de tren de Atocha y simulaban que una llegaba de algún lugar y otra esperaba para recogerla.

Así podían sentir qué era abrazarse en el exterior.

Qué era quererse en sociedad.

Porque si solo vives algo por dentro, solo lo expresas con otra persona, solo lo produces en los interiores, lejos siempre de los demás, ese algo parece que existe menos, que es menos.

Si eres invisible te acabas convirtiendo en un fantasma hasta para ti mismx.

No podemos exigirle a las personas que busquen estrategias para no recibir violencia.

No podemos pedirle a las personas que sean heroínas y que tengan coraje y que sean valientes para demostrar lo que sienten.

Lo que tenemos que enseñar a las personas es a no dar jamás por supuesta la heterosexualidad de nadie.

Negarnos a que nos impongan la "normalidad" como forma única de ordenar el mundo.

Mis madres me mostraron que el mundo era diverso.

Me enseñaron con sus manos entrelazadas, sus besos y sus caricias lo inabarcable y rico de nuestra existencia.

Que juzgar es solo una manera de recuperar un falso control sobre nuestras famélicas vidas.

Mis madres, queriéndose, derribaron la mayoría de las fronteras de mi futuro.

Por eso es tan importante que la diversidad esté en todos sitios.

Porque lo está.

En todos los lugares hay mujeres lesbianas y bisexuales.

En todos.

Y cómo vivan ellas sus relaciones afectivo-sexuales.

Depende de cómo construyamos el espacio público.

Para ser libre necesitas sentir que te aceptan siendo tú.

Necesitas la certeza de que no hay nada malo en ti.

Porque no lo hay.

Saber que la gente no se va a marchar cuando sepan quién eres.

Mis madres se inventaron cumpleaños cada día y otras mujeres viajes que nunca se realizaron para poder hacer visibles sus sentimientos.

Ojalá seamos capaces de ganar al odio.

Para que nadie más tenga que perder su tiempo fingiendo o mintiendo.

Por amar o desear.

A quien desee o ame.

Fuente: Facebook